Laura García denuncia a Jefferson Ramírez por publicar videos íntimos en página porno

Laura García. Imagen: Tomada de Instagram

Días amargos ha vivido Laura luego de enterarse por un amigo de su trabajo, que hace parte de una red de videos pornográficos. Videos, que al parecer fueron compartidos por su expareja Jefferson Steven Ramírez Barreto.

Laura contó a sus seguidores a través de la red social de Instagram, que sostuvo una relación con Jefferson el año pasado (2019). Ella indica que en la intimidad, se grabaron en algunas oportunidades teniendo relaciones sexuales, con el compromiso de luego borrarlos, a lo que Jefferson accedió, o por lo menos, eso le hizo creer a ella.

La denuncia va más allá, ya que Laura manifiesta que Jefferson ha estado recibiendo dinero a cambio de los vídeos y fotografías que en su momento él obtuvo de ella.

La bogotana puso la respectiva denuncia en contra de la página web por derechos de autor; situación que los obligó a bajar los contenidos de la red. Sin embargo, la denuncia en contra de Jefferson no prosperó, pues para las autoridades no es suficiente las capturas de pantalla que hizo ella como evidencia, tampoco su testimonio al indicar detalles del material.

Acá es donde inicia la ruta de la violencia institucional en contra de la mujer. Esto ocurrió en el mes de febrero y aunque el responsable no recibió sanción alguna, Laura creyó que su pesadilla había terminado, pero no.

Hace tan solo unos días, ella es contactada a través de Messenger, por una persona que no conoce y que le pregunta que si tiene una página porno, a lo que ella le responde que no. Esta persona insiste y ella le pide que le envíe el link donde aparece; para su sorpresa, estaban nuevamente sus videos y fotografías. A esto se suma que hay otras víctimas, nuevos vídeos con la intimidad de varias mujeres que al parecer sostuvieron relaciones sexuales con Jefferson.

Laura se muestra muy conmovida frente a esta grave violación de su privacidad por un hombre, en el que en su momento confío. Una persona inescrupulosa que se aprovechó de la situación para lucrarse económicamente de ella y sus otras víctimas.

Así como ha recibido el apoyo de muchos, Laura también enfrenta a los que justifican lo que hoy vive, su pecado, haber permitido que fuera grabada y confiar, ¿En realidad tiene ella la culpa? ¿Hasta dónde llega la mezquindad humana con las víctimas y hasta dónde se solidariza con los verdaderos responsables?

Criticar y juzgar es el deporte favorito de muchos, esos que tienen rabo de paja y que atacan a la mujer grabada y comercializada en una página porno, mientras que callan ante la canallada de un "hombre" que al parecer encontró una chequera vulnerando la confianza de las que caen en sus redes.

Entre lágrimas Laura pide a las mujeres a que por más amor que sientan por su pareja, no permitan ser grabadas o fotografiadas, pues no se sabe lo que hay detrás de un sujeto, sus líos y traumas, esos que le impiden respetar y actuar de manera correcta.

Laura decidió hacer una denuncia pública además de la que ya entabló ante la justicia colombiana en contra de Jefferson Ramírez Barreto, estudiante de fisioterapia de la universidad Nacional, al considerarlo un peligro para la sociedad.

Lastimosamente, en nuestro país se presentan este tipo de casos con mucha frecuencia, incluso, hay denuncias de mujeres que son extorsionadas por sus exparejas para no publicar estos contenidos en las redes sociales. Fuentes del Gaula de la Policía Nacional indicaron que en Colombia está creciendo sin control ese tipo de extorsión. Un gran porcentaje de los casos se debe al envío de contenido íntimo a través de redes sociales.

De ser víctima de extorsión virtual, la principal recomendación es comunicarse de inmediato con las autoridades. La Policía recordó que, para este tipo de casos, los ciudadanos pueden llamar a la línea antisecuestro y antiextorsión (165), para hacer la respectiva denuncia.

Sin embargo, frente al caso hoy planteado por Laura García, en el que su imagen era explotada sin ella saberlo, ¿Cómo se debe actuar? Nos queda un gran vacío judicial que abre las puertas a una red de explotación que no solo lucra al que la comercia, sino que afecta de manera considerable la salud emocional e integridad de las víctimas.

Acá en video completo de la denuncia: https://www.instagram.com/tv/CG0eb8cDEC6/?igshid=1j6gd19wnpon3